Timbre 4

Boedo
Timbre4 es un espacio donde se hace teatro. Un lugar de investigación y producción que desde 2001 fue creciendo y desarrollándose combinando las búsquedas artísticas del desafío teatral con la conexión y el diálogo hacia un público cada vez más amplio.

La historia de Timbre 4 podría resumirse así: empezó siendo la casa del director Claudio Tolcachir, ubicada en Boedo 640, que en el fondo tenía un teatro en el que actuaba una compañía, así como un taller de formación de actores. Después de 16 años, se multiplicó en tres espacios que están ubicados en el mismo barrio con salas y programación permanente, además de actividades de vinculación con otros países, como el Festival Temporada Alta, que llega cada febrero desde Cataluña.



Comenzó a funcionar en plena crisis, en 2002, por el afán de un grupo de artistas que quisieron generar su propia movida teatral para hacerle frente al contexto. El primer estreno fue Jamón del diablo, inspirada en la obra 300 millones de Roberto Arlt, pero el gran salto se produjo en 2005 con La omisión de la familia Coleman, que se convirtió en éxito y les abrió las puertas de otros escenarios de Buenos Aires y del mundo.

Después vinieron otras producciones que hoy son clásicos de la compañía como Tercer cuerpo, El viento en un violín, Emilia, Dínamo, o Próximo, todos con la firma de Tolcachir.



Distribución de las salas
En México 3554 se ubica la sala grande, en la que por lo general se programan obras con escenografía y técnica más ambiciosas. En tanto, en Boedo 640 -donde se encuentra el teatro original que también tiene su cartelera-, hace poco sumaron una sala chica para propuestas experimentales aún y a la gorra.

El productor general del complejo, Jonathan Zak, contó que el nuevo espacio fue pensado entre otras cosas para acercar al público una alternativa todavía más accesible. Mientras que, la coordinadora del teatro, Mónica Acevedo agregó: “La nueva sala tiene una capacidad para 39 espectadores y fue pensada para propuestas de corta duración (no más de 40 minutos). Nuestra idea es abarcar otro tipo de espectáculos, que generen un lenguaje distinto”.

“Hacemos lo necesario para que el teatro suceda y todo se realiza de manera autogestiva, explicó Zak sobre la actividad de este complejo teatral que ofrece una interesante experiencia, que incluye un recorrido por fotografías y escenografías, libros y una variada propuesta gastronómica en el bar principal.



Salir a buscar al espectador, pero también conquistar otros públicos son metas que el equipo de Timbre 4 tiene en mente, por eso hace seis años realizan el Festival Temporada Alta, una extensión del mismo encuentro producido en Girona, Cataluña. “Es reconocido como puerta de entrada para muchas compañías. Nosotros lo realizamos en febrero con una curaduría de obras del mismo festival”, dijo Acevedo.

Como explicó el productor general, todas estas actividades dan sentido a este emprendimiento que funciona como espacio de creación, formación y programación: “Es un lugar donde el teatro hace bien”.