Ubicada sobre la avenida Avellaneda, en la confluencia de dos tradicionales barrios porteños como Flores y Caballito se encuentra La Casona de Flores, una clásica esquina de la gastronomía porteña.

Fiel a su historia, mantiene intacta su estructura clásica, con un estilo normando, luciendo sus revestimientos de madera y un imponente portal de entrada en el que se destacan los vitrales franceses originales.

En la planta baja, se encuentra el salón panorámico, con amplios ventanales al jardín y una expresión señorial y delicada.

También allí se encuentra el salón munich, con techo de madera y clara reminiscencia a la época en la que se construyó La Casona.

En cuanto a su planta alta, ésta nos ofrece tres salones exclusivos y privados, siendo un sector ideal para encuentros de profesionales y reuniones sociales.

Además, sobresale porque allí se encuentra el Solarium, un lugar elegido por la gente joven en las temporadas de buen clima.

Su propuesta gastronómica contempla cada momento del día: un almuerzo al aire libre bajo la glorieta; por las tardes, exquisitas tortas artesanales, y más entrada la noche, cervezas nacionales e importadas en su Patio de la Cerveza; finalmente, para la cena: carnes de exportación asadas a la leña, pastas caseras y especialidades de la más alta cocina internacional.

Y para el cierre de nuestra experiencia, dulces como el flan con dulce de leche o budín de naranjas caramelizado.