Llegar a Puerta del Inca es abrir la puerta a un mundo de sabores, una puerta que nos transporta a una fiesta para los paladares más exigentes.
El restaurante, ubicado en el corazón del tradicional barrio de San Telmo y donde antes era el antiguo edificio del pasaje Belgrano, se especializa por la comida de mar. Uno de sus grandes atractivos es, además de su detallada decoración, la galería de arte que podremos observar en su interior, invitándonos a una experiencia soñada para los más bohemios.
Si es la primera vez que visitas el restaurante, es mejor no pecar, por eso se aconseja pedir uno de los platos destacados dentro de su carta, como el Lenguado del Inca, la parrillada de mariscos, el ceviche clásico, un tiradito de salmón rosado, arroz con marisco o el sorrentino con salsa Huancaína.
La experiencia que viviran en Puerta del Inca no sólo pasa por su rica cocina y la galería de arte, sino en su ambientación: iluminación tenue, lámparas colgantes, finos bordados y objetos de época aludiendo al Inca que se refleja en una de sus paredes subiendo las escaleras, como si fuera la marca de una comunidad a la que llegamos guiados por sus ricos platos, todo ello sumado a los tonos grisáceos y marrón que hacen del restaurante un lugar único.
En total Puerta del Inca cuenta con seis espacios: un salón principal, un salón VIP, un patio para fumadores, una zona de cafetería, una terraza ideal para eventos y un salón más con el mismo propósito.
