Con una fachada que esconde los cálidos atributos de su salón, Broccolino abre sus puertas en el centro porteño con esa timidez de los que saben, en el fondo, que tienen entre sus manos una destacada experiencia gastronómica. A tono con la identidad de su cocina, el lugar ofrece manteles cuadrillé, y fotos en blanco y negro decorando sus paredes, en un espacio que resalta por la sobriedad.

El menú de Broccolino es amplio y podés encontrar opciones como las berenjenas a la parmesana; rabas fritas; o sflogia de mozzarella y prosciutto; calamarettis Broccolino, entre otras entradas. Principales como los tagliatelle al nero di sepia, ravioles, agnolottis, pappardelle, spaguetti profomo di mare, entre otros, con una infinidad de variedades de salsas para combinar. Además, hay lomo a la pimienta con salsa de hongos y puerro; saltimbocca alla romana; bife de chorizo a la pizzaiola; merluza con salsa de limón y alcaparras; lenguado (cocinado envuelto en aluminio); o pollo deshuesado a la parrilla.

Y para el final, se recomienda el tiramisú o strudel de manzana con crema.