Su arquitectura es todo un símbolo de la Belle Époque. Te va a sorprender la centenaria cúpula, compuesta por 60 paneles de vitrales y una moldura elaborada con cartapesta.
Las arañas y los apliques son originales, y en la restauración fueron bajadas y pulidas. También se desarmaron y renovaron los ascensores, se acondicionó la Bombonera del primer piso y los vitraux.
Todo lo que consumas o compres en La Ideal es de elaboración propia: tiene su propia panadería, cocina, pastelería y bombonería. El edificio incluso cuenta con una lavandería.
Es un lugar muy especial de la Ciudad, para sentarse a comer o a tomar un rico desayuno o merienda. También podés comprar en la panadería, la bombonería y la sandwichería. Un verdadero viaje a la antigua Buenos Aires.
Datos con historia
- El dueño original de Confitería La Ideal fue Manuel Rosendo Fernández, un inmigrante español que planeó cada detalle de este restaurante y confitería, con todos los lujos de principios del siglo XX.
- Se dice que aquí funcionó la primera fábrica de helados de la Ciudad.
- En la década del ’70, el primer piso se convirtió en un salón para milongas.
- ¿Querés saber algunos de los nombres más célebres que se sentaron en sus mesas? Desde Hipólito Irigoyen y Arturo Frondizi, hasta Jorge Luis Borges o Carlos Gardel, y Yoko Ono y Allan Parker. quedó deslumbrado con La Ideal, por eso decidió filmar allí escenas de la película Evita.