Antes de transformarse en Milion, esta casona era un hôtel particulier descuidado. Los arquitectos tomaron el desafío de unir las tres plantas y conseguir un lugar lleno de armonía y fiel a su estilo clásico: paredes altas de color blanco con bordes y zócalos, enormes y pesadas cortinas bordó que caen hasta el piso desde lo alto de los grandes ventanales y cuadros en blanco y negro. Sin embargo, la atracción es el patio con una gran escalera que conecta el salón interior con el espacio verde, muy prolijo y lleno de mesas que se pierden entre la vegetación y las esculturas, logrando un clima ideal para abstraerse de todo.
Además de ser una gran opción para compartir un after office con amigos, el lugar ofrece dos tipos de cartas de platos elaborados por el chef. Una es la de jardín, pensada para una tarde verano, que incluye opciones como un brunch, unas tapas al mediodía o una picada al anochecer y, por supuesto, también los platos de autor como ravioles de salmón, tajine de cordero, lomo con salsa de hongos o ravioles de berenjena o africanos para los vegetarianos. La otra es la carta delivery, pensada especialmente para que todos puedan disfrutar de estas exquisiteces en su casa y viene en dos formatos: congelados al vacío o listos para comer. Además, también tiene box con productos para armar tragos, preparar una picada y acompañar con un vino.
La calidad de sus productos y su sabor, hacen que el boca en boca corra rápido y todos mueran por probarlos. Pero todos destacan su increíble coctelería que incluye vermuts, cocteles clásicos y tragos de autor, ideales para consumir en el jardín.
Fotos: facebook.com/milionarg
