Pani es uno de esos espacios gastronómicos que todos alguna vez desearon tener.

Uno de sus locales nace sobre una casa ubicada en el barrio de Palermo que fue refuncionalizada como lugar de encuentro para comer cosas dulces, tomar el té y disfrutar de almuerzos livianos.

Uno de los puntos más fuertes es la decoración y ambientación del lugar, con la combinación de sillas rústicas y de diferentes estilos, el encanto de la pastelería parisina (todo a la vista y a la vez, tentador), y hasta un patio demasiado encantador como para no ir, rodeado de verde, con mesas y sillas de hierro.

El salón reluce por la claridad de su espacio a partir de la utilización de colores claros y en tono pastel.

En cuanto a su cocina, hay tentaciones como el sándwich de salchicha alemana, cheddar, cebolla caramelizada, bacon y papitas en pan de mostaza; la hamburguesa premium con cheddar, tomate, lechuga, cebolla morada frita y kickass BBQ sauce, en pan de hamburguesa; o el wrap de salmón ahumado, queso crema y rúcula.

Para destacar, los fines de semana hay servicio de brunch.