Rosedal de Palermo

Con sus 3,4 hectáreas, El Rosedal es un emblema del diseño paisajístico y regala una imagen privilegiada dentro de la Ciudad. Su particular encanto, resultado del trabajo de una de las grandes figuras del urbanismo porteño, le otorga una identidad propia. Conocer el Rosedal es una de las tantas buenas excusas para visitar el Parque 3 de febrero.

Con una colección de más de 18.000 rosas y rodeado por un lago, ocupa un espacio que perteneció a la quinta de Juan Manuel de Rosas hasta que fue derrotado el 3 de febrero de 1852 en la batalla de Caseros. La obra fue empezada por el paisajista Carlos Thays -el mismo que construyó el Jardín Botánico, el Parque Avellaneda y el Parque Lezama, entre otros- y finalizada en 1914 por su discípulo Benito Carrasco.

El lago está atravesado por el Puente Blanco, conocido también como Puente Helénico o Puente Griego. Este espacio tiene también un anfiteatro, el Jardín de los Poetas, con 26 bustos que recuerdan a personajes célebres como Alfonsina Storni, Dante Alighieri, William Shakespeare y Jorge Luis Borges, y el Patio Andaluz, construido en 1929 y obsequiado por la ciudad de Sevilla a la ciudad de Buenos Aires. En la fuente, ubicada en el centro del patio, se puede leer la dedicatoria que acompaña al regalo: “A la caballerosa y opulenta ciudad de Buenos Aires en testimonio de comunicación espiritual, Sevilla ofrece esta muestra de la industria de Triana, el barrio de los laboriosos alfareros y los intrépidos navegantes”. Los adornos de mayólica decoran los bancos, escalones y pisos del patio, que está rodeado por ejemplares de glicinas.