Este local ubicado en el barrio de Recoleta fue inaugurado en 1997, siendo uno de los más amplios y espaciados de la cadena de pizzas más reconocidas de Buenos Aires.

Lo que predomina es una iluminación anaranjada que da la sensación de night club, pero donde la música no tapa nuestras charlas. Como en todas las sucursales, la cocina está a la vista exhibiendo un inquietante horno pizzero.

Entre sus destacados, comenzar con una empanada de entrada, sea de carne suave o cebolla glaseada y panceta, es una obligación.
De las pizzas, el fuerte es la de lomo ahumado de cerdo, salsa de tomate natural, muzzarella y morrones asados o la de jamón crudo, salsa de tomate natural, muzzarella, rúcula y tomates secos.
Ideal para compartir un encuentro desestructurado.