Fundada por Emilio Scannapieco en 1938 , y habiendo cerrado y cambiado de locales a través de la historia, es una de las heladerías más antiguas y conocidas de la ciudad.
Durante los años 40 y 50, esta heladería se convirtió en un clásico del barrio porteño de Villa Crespo. En el 2013 Juan Andres, actual dueño y nieto de Emilio Scannapieco, reabrió su local en el barrio de Colegiales.
En esta heladería hacen los mejores sabores típicos al estilo Italiano, especialmente los de frutos secos, como el pistacho, almendras o avellanas. La esencia de esta heladería es conservar sus costumbres, siguen utilizando las mismas recetas sin haberles cambiado una coma y continúan utilizando las mismas maquinas de helado que usaban hace 50 años.
