Teatro Nacional Cervantes

San Nicolás
Ubicado en la esquina de Córdoba y Libertad, el Teatro Nacional Cervantes fue declarado Monumento Histórico Nacional por su relevante rol en la cultura del país y por ser una de las joyas arquitectónicas más emblemáticas de Buenos Aires. Además de ser un referente inmortal de nuestra escena teatral, el Cervantes es una pieza de arte en sí misma digna de ser admirada. Sus ornamentos fueron hechos en diez ciudades de España: los azulejos y damascos en Valencia; las losetas rojas para el suelo en Tarragona; las puertas para los palcos en Ronda; las butacas para la platea, bargueños, espejos, bancos, rejería y herrajes en Sevilla; los candiles, lámparas y faroles en Lucerna; la pintura al fresco para el techo en Barcelona; las rejas, copiadas de la casa de El Greco, en Toledo; los tapices, cortinados y el telón de boca -que representaba el escudo de armas de la Ciudad de Buenos Aires-  bordado en seda y oro y realizado por la Real Fábrica de Tapices, en Madrid.



El teatro cuenta con tres salas y la principal se llama María Guerrero como su fundadora: una actriz, directora de escena, maestra de artistas y musa inspiradora de los dramaturgos de su tiempo que llegó a Buenos Aires desde España en 1897, encabezando la compañía que dirigía con su esposo.

La capacidad general del Cervantes es de 860 espectadores y en su platea principal entran 348. La sala Orestes Caviglia, instalada donde antiguamente funcionaba la confitería, puede albergar a 150 personas y es ideal para espectáculos que deban filmarse o transmitirse porque está preparada para instalar cámaras. La sala Luisa Vehil, más versátil, se puede adaptar a distintos eventos porque no tiene ni escenario ni platea. Está inspirada en el salón María Luisa del Palacio de Oriente de Madrid y es conocida como “Salón Dorado” porque toda su decoración tiene un acabado en dorado a la hoja.



 

Fotos:

mundoclasico.cienradios.com

teatrocervantes.gob.ar