En los alrededores de Villa Urquiza funciona la propuesta de Trattoria Galván, un restaurante que trabaja bajo la modalidad de a puertas cerradas para ofrecer sabrosos exponentes de la cocina de autor. Lo primero que sobresale es la calidez de su salón, que tiene la fisonomía que saben explotar los restaurantes que posan su identidad sobre una esquina. En cuanto a su ambiente, exhibe paredes de colores claros, que juegan un contrapunto con sus cortinas oscuras y coquetean con los manteles cuadrillé, y donde el cierre final lo ofrece su mobiliario clásico de madera. En cuanto a su cocina, uno de los detalles que sobresale es la utilización de un horno de barro para varias de sus cocciones. Por la modalidad que ofrece, su menú (de cuatro pasos) va cambiando con regularidad. Pero allí podremos encontrar presentaciones del estilo de las brusquetas con mejillones escabecheados y brotes o empanaditas de hongos y fontina con salsa agridulce. Seguir a través de los taquitos de pollo con guacamole o las croquetas de mollejas con ensalada de rúcula, tomates secos y semillas de calabaza. Avanzar por las crepes negras de salmón con crema de zuchini y limón. Y terminar con opciones como la mousse de chocolate y frutos rojos.
