La Pulpería Quilapán es un espacio bien argentino para compartir con amigos y en familia, donde podés tomar un vaso robador de ginebra o comer platos recién salidos del horno de barro.

Abre sus puertas sobre una casona histórica del barrio de San Telmo para convertirse en un respiro, un momento que se lleva en el corazón, refugio de curiosos, viajeros, productores artesanales y vecinos simpáticos.

Su ambiente rústico se compone de varios elementos, porque allí se hospedan un despacho de vinos pateros, vermut, picadas, almacén de ramos generales, tienda de artesanías, un comedor, un salón de baile, y hasta un patio de recreación y lectura.

En cuanto a los sabores del lugar, los destacados son la bondiola de jabalí cocinada por cuatro horas con sidra y anís estrellado; el pollo de corral al ajillo con papas especiales crocantes; el chorián “Quilapán” (en pan casero, chorizo artesanal, mostaza dijón y ensaladita verde); la liebre pampeana (en reducción de vino patero al enebro con verduras salteadas); o la cheesecake de queso petit suisse y mermelada de higo, como dulce para el final.