Victoria Brown Bar

Palermo
Cuando uno pasa por Costa Rica 4827 sólo ve un enorme portón negro pintado con un colorido mural y no se imagina qué hay detrás del viejo depósito. Apenas se abre aparece una pequeña cafetería de discreto estilo vintage e industrial. Pero para ver qué hay realmente detrás hay que tener la palabra clave. Es que detrás de la pared, Victoria Brown es un bar con un estilo único que remite a las antiguas fábricas de whisky de finales del siglo XIX.

Victoria Brown tiene un aire misterioso y juega con eso en todos los aspectos. La fachada, pintada de negro, exhibe un mural pintado por Martín Ron que cuenta la historia del supuesto romance entre la viuda reina Victoria de Inglaterra y su sirviente escocés John Brown. Está inspirado en el concepto speakeasy, un formato de bar que nació en Estados Unidos en tiempos de la Ley Seca, donde se vendía alcohol en secreto y por eso había que hablar bajo, entrar con reserva previa y pronunciar la palabra clave que habilitaba el ingreso a aquel mundo paralelo.

Además de su original ambientación, este bar se destaca por la calidad de sus tragos. La carta es casi infinita y ofrece muchísimas y variadas opciones. Los más pedidos son el Amour Sauvage, con cachaça de frutilla, cítricos, claras de huevo y bitter orange; el Kensington Palace, con whisky, carpano Rosso, frambuesa, limón y soda; La Provence, con gin, flores de lavanda, cítrico, miel y jengibre y el Not a Colada, hecho con Cynar, ananá, coco y lemongrass. La oferta gastronómica también es interesante; la carta no es extensa, pero ofrece platos elaborados y con un giro innovador como las croquetas de osobuco, el risotto de hongos, la hamburguesa de ojo de bife, los tacos de quijada o el sushi. De lo dulce, el postre más destacado es la pannacotta de chocolate blanco y frutos rojos; una experiencia realmente superior.

Victoria Brown es un bar que no se puede dejar de conocer. Un viaje sensorial de historia y sabores para disfrutar en pareja o con amigos en un entorno victoriano que simula una vieja fábrica de whisky con sus toneles, paredes de ladrillo y vigas de hierro; luces bajas y cálidas, cuyos pantallas son viejos tarros lecheros, sillones oscuros de cuero estilo Chesterfield y mesas de madera bajas. La barra es extensa, de madera con banquetas de cuero y en la pared hay engranajes enormes que completan el estilo de la época. El arte está presente a cada paso, con numerosos cuadros con marcos franceses, pinturas, sillas victorianas, molduras y lámparas antiguas.

 

Foto: santaresaca.blogspot.com