Julia es la hija del reconocido chef Julio Báez y también el nombre que eligió para bautizar a su selecto bistró ubicado en Loyola 807.

Este espacio sobrio y moderno con pilares de hierro y paredes de cemento, mucha madera y una iluminación íntima y cálida ofrece platos que son verdaderas obras de arte no sólo por su elaboración, sino también por su estética. El chef, siempre pendiente de cada ingrediente y cuidadoso del más mínimo detalle, trabaja con pescados frescos, carnes de muy buena calidad y vegetales elegidos especialmente por él.

El menú está compuesto por siete entradas, tres platos principales y tres postres. La panera incluye pan de masa madre con manteca y chicharrones para “engañar el estómago” mientras se elige, no sin dificultad, entre la variedad de delicias que ofrece la carta, que siempre varía porque en Julia se cocina con alimentos de estación. Ceviche de batatas con leche de tigre, maíz, amapolas, pomelo y tapioca; okonomiyaki de batatas, repollo, gochujang, mayonesa de wasabi y algas nori; ñoquis de ricota; ojo de bife a la parrilla o pesca del día a la leña con salsifí, emulsión de ajo y manteca noisette son algunas de las especialidades más destacadas. Los postres son imperdibles y súper sofisticados: helado de curry con galleta de especias, yogur, miel y manzanilla, flan de dulce de leche de apionabo y quesos con dulce de boniato o membrillo.

Por supuesto, los platos siempre están muy bien acompañados de la carta de vinos donde hay todo tipo de tintos, blancos, rosados y espumantes.

 

Foto: Clarín